viernes, 9 de diciembre de 2011

Creaciones.

Cerré los ojos, los volví a abrir y me rodeaba una espesa neblina. No sabía dónde estaba, me sentía en un folio en blanco,    estiré mis brazos hacia el frente y las nubes densas y blancas no dejaban ver mis manos. Intenté caminar hacia el frente, tuve miedo, no se podía ver nada, di el primer paso y sentí una ligera humedad en la planta del pie.  Estaba descalza, me asusté al comprender que me encontraba parada en medio del mar  sobre una fría capa de agua.  -¡Imposible!- Grité hacia el cielo mientras corría intentando alcanzar el horizonte que dividía el cielo y el mar.

Era medio día, no hacía calor, era más bien una brisa fresca que envolvía la piel de mi cuerpo. Todo era tan hermoso, tan irreal, esa sensación de que vas a hundirte pero no te hundes, me sentía parte de una historia bíblica; imaginé que en cualquier momento algún destello divino podría salir del cielo y arrebatarme para siempre.

Sentí un cosquilleo en los pies y me sobresalté, eran los peces que paseaban ligeramente bajo el agua. Me agaché sutilmente para contemplarlos, era hermoso poder ver las criaturas del agua sin estar sumergida en ella. Metí mis manos dentro del agua para poder sentirla recorrer los nervios de mis palmas, suspiré y un par de lágrimas salieron de mis ojos. –Todo esto es hermoso, pero quisiera poder compartirlo con alguien- Pensé mientras observaba melancólica mi reflejo.

De repente, sentí que mis pies empezaban  hundirse, me paré rápidamente con el corazón en la garganta, yo no sabía nadar y estaba en medio del mar salvaje. Pronto me encontré sumergida de pies a cabeza, intenté abrir los ojos para lograr ver algo y lo más extraño era que veía como si tuviese puestas unas gafas de buceo; veía sombras y rostros de personas que yo conocía, todos se burlaban de mi e intentaban atraparme con sus ojos diabólicos, intenté nadar lo más rápido que pude y noté que se me estaba acabando el aire.  Las sombras lograron alcanzarme, yo me quedé sin oxígeno y mis ojos se cerraron pausadamente; me sentía dentro de una espiral gigante, sentía como mi cuerpo se hundía lentamente…

Me despertó un ligero dolor de cabeza y ya no me encontraba en el mar, me encontraba en una tenebrosa mañana lluviosa. Miré hacia el techo, suspiré y pensé: - Si hubiese disfrutado más de mi soledad, no hubiese acabado todo tan rápido- 


3 comentarios:

  1. no se como explicarte como me gusto,solo asi,me encantoo!!
    besos

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  2. La fuente inagotable de los sueños. Es interesante.

    Beso dulce.

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  3. Me encantó la entrada...tu manera de escribir me encanta *------*

    espero tu visita

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