viernes, 30 de diciembre de 2011

La taza rota.



Con sus pálidas manos sosteniendo la taza de té, frunció el ceño y observó el reflejo de la ventana en el agua que casi hervía.  Se sintió algo desdichado, ya eran vísperas de año nuevo y lo único que tenía era un loro viejo que nunca aprendió a hablar y una pila de platos que hace semanas no se lavaban. Recostó su cabeza sobre el comedor y sintió un sentimiento inmundo de lástima por sí mismo, pensó en su mamá que ya hacía 3 años había muerto de risa (En serio, se ahogó con un pedazo de pan mientras su esposo echaba un chiste).

 Sentía que su vida era un libreto de película de drama donde él era el único  personaje, el único participante en ese maldito film, recitando líneas al viento, hablando con su sombra. Miró el cielo negro que se veía a través del velo,  agarró el mantel de la mesa con fuerza y lo mandó lejos, la taza de té se rompió al chocar con velocidad contra la pared, y él sonrió con furia, como si se hubiese vengado del asesino de su sentido del humor.  

El reloj colgado en la pared había sido ignorado durante horas, a ese hombre lo invadía el miedo de que se marcaran las 12:00 y todo estuviese igual, que fuese el mismo perdedor que se levanta a las 6:00 para llegar a las 7:00 a trabajar, el que suspira cuando se sienta en cualquier lugar, el que sueña demasiado y no le ocurre nada. Siempre tan estúpido, invisible como el aire, nadie vendría a  abrazarlo a las 12, todos estaban ocupados con sus maletas y sus uvas y sus champañas de mierda. 

Miró el desastre que había hecho y volvió a sonreír con malicia, nadie le importaba lo que hacía ni lo que pensaba, tenía un actuar desordenado que podía disimular tras un traje impecable de ejecutivo, tras un disfraz de ilusión y tristeza. 

De pronto, creyó escuchar el timbre, por unos instantes pensó que era una alucinación producto de la rabia que le inundaba, pero el timbre sonó la segunda vez y el con las piernas temblorosas se paró a mirar quién era. ¿Sera un domicilio equivocado? ¿Será un niñito que intenta jugarme una broma? ¿Sera? Sera…Apoyó la mano contra la chapa y abrió la puerta con delicadeza, detrás de la puerta estaba la vecina del piso de arriba con una botella de vino en la mano derecha y con la otra mano apoyada en la cintura. 

–Hola– Dijo ella, con los ojos tristes y la boca contenta.

–Hola Andrea– Respondió, con la voz temblorosa, sin saber que hacer o qué decir.

Ella lo miró con sus ojos castaños, tenía el maquillaje regado bajo los ojos como si hubiese llorado toda la tarde. Él se atrevió a mirar la hora en el reloj de la pared y eran las 11:30 pm. 

– ¿Y este desastre? – Replicó ella mientras dejaba la botella de licor sobre la mesa.

–No es nada, pensé que no vendría nadie–

–Yo también estaba pensando en lo mismo, entonces en lugar de esperar a alguien decidí ir dónde alguien me esperaba–

Él la miró y sintió que era la mejor visita  que había tenido en años, se acercó hacia a ella y preguntó:

–¿Por qué sabías que esperaba a alguien? –

–Todos siempre esperan a alguien, algunas personas dicen que no pero en realidad todos lo hacen–

Andrea se sentó en la sala, mientras tanto Pluto cogió el vino y buscó el destapa corchos en la cocina, lo destapó y lo sirvió en dos elegantes copas. Se dirigió hacia la sala y le ofreció una, ella lo miró con una sonrisita pícara.

–Gracias, que gusto pasar la noche contigo–

Pluto le apartó la copa de vino de la cara, le dio un beso salvaje y ella rodeó con sus brazos su espalda. Dejaron caer las copas de vino en la alfombra, una mancha que no iba a quitar en mucho tiempo pero que sería el recuerdo de aquella noche cálida, llena de besos y de sábanas, noche que iba acompañada de un año nuevo con desayunos en pareja por la mañana. 



domingo, 25 de diciembre de 2011

Frank.

Que jodido problema, mi mamá nunca me entiende, los adultos son tan insensibles como uno mono sin cerebro. Estoy aquí hace una hora, sentado frente a un plato de vegetales que me miran con ojos de “si no me comes te castigan”. Los vegetales no tienen ojos, pero en momentos como estos si los tienen. Mi mamá dice que me voy a quedar pequeño si no como mis verduras, pues MEJOR, prefiero ser un jodido enano que crecer y convertirme en un aburrido adulto comedor de verduras. Ella no entiende nada, no entiende que tengo una estrecha relación con las galletas oreo, he intentado explicárselo, pero mi amor por las galletas es algo imposible. ¿Por qué lo más delicioso es lo más prohibido? Solo tengo 9 y la vida parece injusta, quisiera volar lejos en mi nave espacial, no quiero que a mis carros de carreras ni a mis soldados de plástico les pase lo mismo que a los de Toy Story, yo quiero ser un Andy que va a la primaria por siempre.

 Empezar a comer verduras es un grave indicio de que estás envejeciendo.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Conformista.


Pluto salió de la tienda de libros “La Gran Pera” hacia su casa, uno de sus hobbies era examinar cosas detenidamente y no comprarlas. Una vez afuera miró hacia atrás para ver si Andrea aún se encontraba adentro, y allí estaba, con sus naguas hasta las rodillas, los calcetines escurridos y sus zapatos de mafalda.  Su ropa parecía dibujada por un caricaturista, pero eso no era un problema, estaba seguro de que su alargada figura tenía una misteriosa elegancia que no se reflejaba en los atuendos que ella usaba. 

Caminó por las calles vacías de su barrio, iba contemplando los jardines que bañaba el sol en aquella hermosa mañana. Siempre contaba el número de personas que lo miraban, esta vez fueron 25;  23 mujeres y 2 hombres, eran demasiadas personas para 5 minutos, llegó a la conclusión de que había una posibilidad muy grande de que la gente lo considerara guapo.  Entró a su casa, se dirigió hacia cocina, abrió la nevera y lo único que le quedaba era un six-pack de gelatinas de mora y un litro de helado en el congelador. Se alzó de hombros y pensó: –Quisiera amor y helado, pero me conformo con helado–

Las tenebrosas nubes grises cubrieron el cielo en un santiamén, el clima estaba jodido, igual que todos los que vivían en ese bloque de apartamentos. Estaba viendo en la televisión un documental de asesinos seriales, pensó en Andrea, ella no tenía nada que ver con asesinos seriales pero si con el cielo gris, se preguntó si alcanzaría a llegar a su casa antes de que el aguacero se soltara, su hermoso cabello corría peligro. Pronto, escuchó el sonido de unos pasos en las escaleras del edificio, miró por el hoyito de la puerta y era ella, vivía 3 pisos más arriba y era muy extraña, no tenía idea por qué hace algunos momentos sintió preocupación por ella. 

Se sentó de nuevo en el sofá y ya iba acabando el helado –Ay, pues no, no hay una novia al final de la cubeta de helado– –Dijo sarcástico. 

Andrea se encaminó a preparar el almuerzo, quería prepararse algo delicioso, pero la frustraba la idea de hacer algo durante horas para después tragárselo en 10 minutos. Entonces se le quitaron las ganas de preparar comida y decidió que se haría un sándwich cuando le cogiera hambre más tarde. Prendió el portátil y miró algunos de sus mensajes en Facebook, siete pobres notificaciones que gritaban por ser vistas y TODAS eran de juegos.  Se molestó y se metió a ver películas en línea, pensó en que su domingo no podía ser más aburrido. La imagen del rostro de Pluto apareció como un brochazo en su cabeza. –Hmm…Pluto, si al menos tu nombre fuera común sería más fácil no acordarme de ti–

Andrea no se sentía lo suficientemente linda o lo suficientemente graciosa o valiente para invitarlo a que se quedara al menos una tarde en su acogedor apartamento; alguien que vivía a tan solo 3 pisos parecía más inalcanzable que una estrella. 

Pluto siempre invitaba a sus amiguitas a su apartamento, despampanantes chicas como de 2 metros de altura.  Andrea se comparaba con ellas y se sentía como una Pepsi al lado de una Coca-cola. –A puesto a que el IQ  de esas chicas no pasa de 90– Dijo hacia sus adentros, quería ahorcarlas a cada una de ellas con la cuerda de colgar ropa, pero no se podía, todo se quedaba siempre en pensamientos, la vida se le hacía tan distante e imposible que prefería refugiarse en sus propias fantasías, en las historias que le regalaban los buenos autores, aventuras literarias que ella jamás emprendería.

Que importa, nada que un té y un libro nuevo no curen.


martes, 13 de diciembre de 2011

No sabe pintarse las uñas.


Ella abrió los ojos, se encontraba tendida sobre su cama, miró hacia el techo, suspiró y con el cabello revuelto levantó su cuerpo cansado. La mañana olía a jugo de naranja, a monotonía, a lugares que querían ser recorridos pero que no se recorrían porque no había dinero. Después de desayunar entró al baño y revolcó en los cajones del gabinete buscando un removedor de esmalte, ya era hora de quitarse la pintura de las uñas; llevaba semanas allí y ella no había tenido tiempo de quitársela (O bueno, si había tenido tiempo, sólo que no se le daba la gana de hacerlo). Una vez  borrado el viejo color de uñas, sacó otro esmalte color rojo carmesí, iba perfecto con el color de su aura.

Después de arreglarse y hacer todas esas cosas que hace la gente normal antes de salir a la calle, salió de su apartamento y se dirigió a “La Gran Pera”, un lugar donde vendían libros nuevos y de segunda en rebaja. Ya se había leído todos esos viejos empolvados que descansaban en la biblioteca de su casa, y no le gustaba salir mucho, prefería quemar letras con sus ojos para matar el aburrimiento. La librería quedaba cerca, se fue caminando pensando por qué rayos un lugar donde vendían libros se llamaba “La Gran Pera”, era un crimen ponerle nombre de plaza de mercado a un templo de libros. Ella estaba segura de que el dueño del lugar ni siquiera sabía quién era Julio Cortázar, alguien que se ha leído al menos un libro de Julio Cortázar no le pondría “La Gran Pera” a una tienda de libros.

Cuando llegó al lugar se encontró con el vecino que le gustaba, llevaba ropa elegante, le pareció curioso, el nunca llevaba ropa así. Ellos no se conocían bien, apenas se sabían sus nombres y se saludaban cuando se veían por ahí en la mañana. Ella no quería que la viera, llevaba un atuendo como de “Voy a ir a comprar la leche porque se me acabó”,así que caminó rápidamente a la zona de literatura  Colombiana y se puso de espaldas para que no la reconociera. Estaba echándole ojo a uno de Daniel Samper, leyó unas primeras líneas de un libro que se llamaba “Esto no es vida”, era un tipo gracioso, lograba atrapar con algunas de sus historias. Mientras ella leía miraba hacia los lados para ver si estaba el tiburón asechando, escuchó unos pasos que se dirigían hacia el pasillo donde ella estaba y era su radiante vecino, ella intentó taparse la cara con el Daniel Samper, pero el libro era muy chiquito y su nariz grande lo apartaba de su cara.  Los pasos se escucharon más cerca, mierda, había sido descubierta por el más sexy del edificio con una pinta de solterona que no podía ser más evidente.

–Hola Andrea–

–Hola…–  Saludó con la cabeza agachada intentando hacer que el cabello largo y castaño le cubriera la cara.

– ¿Qué estás leyendo?  “Es-to no- es vi-da” –  Dijo él con esfuerzo mientras se agachaba bajo el libro para ver la portaba. Sus ojos castaños se detuvieron un momento en sus manos y una amplia sonrisa se dibujó en su rostro.

–Es un buen libro– Dijo Andrea mientras pensaba: ¿Por qué coño no puedo pintarme las uñas bien? Ahora mi vecino sabe que el esmalte de uñas no es mi fuerte.

–No sabía que te gustaba leer–

–Creo que los libros dan mejores consejos que la gente–

Él la miró y hubo un silencio incómodo por algunos segundos. Andrea pensaba que hubiese sido más fácil sostener una conversación con Pluto si hubiera ido a la librería con una mejor pinta. Luego pensó que Pluto era nombre de perro y se preguntó si él era perro; Tal vez sus papás si eran perros, por eso no se les ocurrió otro nombre.

Pluto había notado la indiferencia de Andrea y pensó que ella no quería hablarle, entonces decidió alejarse un poco haciendo como si buscara un libro. Andrea lo miró por encima del libro de Daniel y sonrió inocentemente, luego caminó lejos de él y pensó en la infancia de Pluto, debió a ver sido difícil con ese nombre. Menos mal era lindo, si no lo fuera sería difícil ignorar que tiene el nombre de la mascota de Mickey Mouse.  Mi mamá me jodería mucho si me caso con alguien que se llama Pluto.

Todo es perfecto en él, hasta su nombre me gusta. 


viernes, 9 de diciembre de 2011

Creaciones.

Cerré los ojos, los volví a abrir y me rodeaba una espesa neblina. No sabía dónde estaba, me sentía en un folio en blanco,    estiré mis brazos hacia el frente y las nubes densas y blancas no dejaban ver mis manos. Intenté caminar hacia el frente, tuve miedo, no se podía ver nada, di el primer paso y sentí una ligera humedad en la planta del pie.  Estaba descalza, me asusté al comprender que me encontraba parada en medio del mar  sobre una fría capa de agua.  -¡Imposible!- Grité hacia el cielo mientras corría intentando alcanzar el horizonte que dividía el cielo y el mar.

Era medio día, no hacía calor, era más bien una brisa fresca que envolvía la piel de mi cuerpo. Todo era tan hermoso, tan irreal, esa sensación de que vas a hundirte pero no te hundes, me sentía parte de una historia bíblica; imaginé que en cualquier momento algún destello divino podría salir del cielo y arrebatarme para siempre.

Sentí un cosquilleo en los pies y me sobresalté, eran los peces que paseaban ligeramente bajo el agua. Me agaché sutilmente para contemplarlos, era hermoso poder ver las criaturas del agua sin estar sumergida en ella. Metí mis manos dentro del agua para poder sentirla recorrer los nervios de mis palmas, suspiré y un par de lágrimas salieron de mis ojos. –Todo esto es hermoso, pero quisiera poder compartirlo con alguien- Pensé mientras observaba melancólica mi reflejo.

De repente, sentí que mis pies empezaban  hundirse, me paré rápidamente con el corazón en la garganta, yo no sabía nadar y estaba en medio del mar salvaje. Pronto me encontré sumergida de pies a cabeza, intenté abrir los ojos para lograr ver algo y lo más extraño era que veía como si tuviese puestas unas gafas de buceo; veía sombras y rostros de personas que yo conocía, todos se burlaban de mi e intentaban atraparme con sus ojos diabólicos, intenté nadar lo más rápido que pude y noté que se me estaba acabando el aire.  Las sombras lograron alcanzarme, yo me quedé sin oxígeno y mis ojos se cerraron pausadamente; me sentía dentro de una espiral gigante, sentía como mi cuerpo se hundía lentamente…

Me despertó un ligero dolor de cabeza y ya no me encontraba en el mar, me encontraba en una tenebrosa mañana lluviosa. Miré hacia el techo, suspiré y pensé: - Si hubiese disfrutado más de mi soledad, no hubiese acabado todo tan rápido- 


sábado, 3 de diciembre de 2011

Pasión.

Estaba la noche llena de risas, una nube de humo volando sobre los rostros felices, la música, su recuerdo, las gafas sobre la mesa, los actos impensables. Esta va por ti, por mí, porque solo por hoy nada importa, nadie importa, solo es el mundo y la nada uniéndose conmigo. Hoy soy solo pensamientos, soy un ente que solo comprende su propia existencia. ¿Qué importa? Ya mañana volverá todo a la normalidad, hoy bebes para que el mundo y las miradas giren a tu alrededor, sabes que no es así, es tú imaginación, solo es tu cuerpo intoxicado de los días que has estado arrastrando.

Miras su rostro entre la gente, su cabello largo, es extraña, no la conoces pero sientes como si hubiese sido así desde siempre.

–– ¿Y ella? ¿A ella le importará?–– Te preguntas, como si hubiese esperanza. No creo que le importe, ya no me ama, hazte a la idea imbécil; mírate, lo máximo que puedes hacer es fumarte los días cansados de su ausencia, debes aprender a pedir un trago con ímpetu, con melancolía, con la voz del corazón roto. Sino aprendes a pedir un trago con el alma jodida estar despechado no se puede, no vale la pena.

Si vas a estar triste hazlo con pasión, si vas a estar feliz hazlo con pasión, si vas a estar enamorado hazlo con pasión, si vas a fumar hazlo con pasión, si vas beber hazlo con pasión, si vas a cantar hazlo con pasión, si vas a escribir hazlo con pasión; Siente todo en su hermosa totalidad,  los sentimientos a medias no cuentan, porque las vidas a medias no cuentan. 


Hay luz dentro del cuerpo, y esa luz no es el alma exactamente.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Nuestra lógica.

– Escucha preciosa, esto no es interés, no se trata de placeres carnales, no creas que se trata de nada de eso,  solo quiero decirte  estrellé mi carro en tus curvas, en tus piernas, en tus labios doblándose para esbozar una sonrisa–

–Estás vuelto mierda, no puedes decirme eso–

–Los tragos te sacan las verdades, según Freud el inconsciente se devela, salen a la luz tus deseos ocultos, los instintos, lo que no se puede decir cuando estás en público ¿Entiendes nena?–

–Claro que entiendo, pero ¿De qué me sirve saber que hay en tu cochino inconsciente si  me vas a negar todo al día siguiente?–

–Pues veras preciosa, es el mecanismo de defensa de la psicología inversa. No se puede vivir de verdades en un mundo de mentiras–

–No sé por qué metes tu psicología de mierda, yo no necesito decirte nada a la inversa, puede ser un mundo de mentiras, pero ese no es nuestro mundo, quiero que entiendas que en nuestro jodido mundo se puede decir lo que se quiera, solo están nuestros oídos, nuestro único y privado universo de palabras. Solo hay 2 reglas: 1. Nadie habla de nosotros 2. Nosotros no existimos.–

–Pero mi lógica es a la inversa–

–Pues la tercera regla dice que no hay lógicas a la inversa–

–Jamás nombraste la tercera regla.–

–Acabo de nombrarla–

–Acabas de inventarla mujer–

–Nosotros somos inventados–

–Nosotros no existimos–

–Vas aprendiendo–

–Más bien voy amándote–



You make the world a safe place. 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Los años.

El olor del perfume, el olor del tiempo, de la vida que pasa como una cinta de video acelerada en su memoria. ¿Cómo tantos años pueden presenciarse en un momento tan breve en los recuerdos? Increíble, para ella todo es increíble, la transparencia del agua, de los plásticos, de los vidrios. Hoy todo es tan sencillo, todo es tan hermoso en su pequeña y única forma. El olor de las velas de cumpleaños apagándose, el humo es simbólico a la vida que dura solo un instante y luego se esfuma con el aire. El pastel delicioso, ella mira los rostros de la gente que la rodea y se da cuenta que es lo más viejo que hay en esa casa; pero eso no la hace sentirse triste, está orgullosa, se siente bien a pesar de los días desperdiciados, esos días de nicotina en las arrugas, de lágrimas de nostalgia al ver que todo lo que ama es tan frágil y breve.

A acabado el día, su cabeza impregnada de ecos, risas y felicitaciones. Piensa en su familia, en qué será de ellos después de que ella muera, se ríe y piensa en lo irónico que es todo, siempre le tuvo miedo a la muerte, pero al estar cerca de ella, el miedo se desvanece. Ahora siente más bien preocupación por otros, esos otros con rostros jóvenes, los botones de rosas que no han terminado de florecer, esos botones que a veces se marchitan sin haber crecido lo suficiente. Ella se siente afortunada, pudo quedarse más tiempo mientras otros solo pudieron quedarse horas.

Piensa en qué será después, no quiere pensar ni en cielos ni en infiernos, tampoco quiere pensar en la nada, ella se limita a no querer adivinar lo que pasará; eso no se puede saber. Ella solo sabe que está  anciana, abuela, decrépita, veterana, madura, senil, achacosa, longeva, vetusta, centenaria, añosa, antigua, fósil, lejana, gastada, estropeada, deslucida, ajada, usada, destartalada.

Ella solo sabe que ha existido.



lunes, 7 de noviembre de 2011

Diario de un hombre.

Dic-12-2009

Hoy es de esas mañanas vacías, en las que no recuerdas las escenas de la noche anterior, tú sabes más que nadie  que después de dos latas de cerveza ya no te devuelves temprano a casa. Te levantas con la boca seca, con la resaca recordándote la soledad traicionera que te rodea. Pero estás solo porque tú quieres, o porque te toca; Quien sabe, solo sabes que estás solo y no hay remedio para eso, pensaste que el alcohol funcionaría pero eso no hace más que estropearte el hígado.

Si, recuerdas el perfume de su vestido rojo, las pestañas largas, los besos mariposa, los rasguños en la espalda; todo se ha ido por tu culpa. La pregunta es: ¿Por qué coño tenemos que valorar lo que tenemos hasta que lo perdemos? La vida es increíblemente irónica, y te cabrea tener que lidiar con eso, ojalá pudieses estar dichoso siempre, pero el sentimiento que te caracteriza es ese que siente la gente cuando es consciente de su propia existencia en un mundo desconocido.  Eres un estúpido  punto a parte en la narración de la vida, se te pasan los días con la amiga tristeza, entre latas de cerveza, quieres salir de esa espiral, estás cansado de que todo salga mal.

–Algún día tendré que arreglarme, no soy un completo desastre como muchos dicen… No tanto –


domingo, 30 de octubre de 2011

El gato.

No es fácil vivir cuando todo el mundo piensa que eres de mal agüero,  que tu presencia es una ínfima desgracia. No digo que todos lo piensen así, a la gente rara y con una extraña afición por lo oscuro le gusta tenerme en su casa, de todas formas la vida casera no es una vida amena; tienen la tonta idea de que los gatos están en un mundo espiritual entre el bien y el mal, que estamos entre el cielo y el infierno, pero es que ellos no se han dado cuenta que los humanos también lo están, están en la mitad de dos partidos políticos sobrenaturales. Que risa me da que ellos piensen que de alguna forma yo soy diferente, joder, soy solo un gato.

Puedo pasearme por los tejados, puedo posarme en las ventanas y en casi toda clase de lugares altos, no sé volar, pero vivo en el aire, en los edificios, en los árboles. No sé por qué la gente se impacta cuando los miro, tal vez mis ojos amarillentos tienen algo más que decir, tal ves significan mucho más que unos ojos humanos, o simplemente tienen envidia de no poder ver el mundo como un gato. Está empezando a llover, odio sentir la lluvia en mi pelaje pero me gusta mirarla, apuesto a que la lluvia conoce la ciudad mucho más que yo;  se desliza por los techos, por las calles, forma espléndidas acumulaciones en los huecos del piso, moja a las personas con su composición de ácido, suciedad y H2O. Es como si se evaporara la historia entera y luego nos callera encima.

La gente me señala con el dedo – ¡Mira mami un gatito! voy a atraparlo– Cuando paso cerca de ellos  dicen cosas como –7 años de mala suerte– como si uno no tuviese sentimientos. No entiendo por qué no me dejan tranquilo, yo solo quiero ser uno con este lugar, uno con el sonido de los autos y las luces de los semáforos, quiero ser parte de algo material, quiero ser parte de algo que es nada, pero que me atrae porque a la mayoría piensa que es algo. Quiero aruñar mis días, quiero aruñar las sonrisas de la gente, los pies de los transeúntes que no tienen idea del mundo, del mundo como yo lo conozco, del mundo en cuatro débiles patas que apenas pueden sostener mi cuerpo de citadino. 




Perdón por demorar tanto en publicar, debía unas cuotas de inspiración y me la cortaron. Buen día para todos. 

domingo, 16 de octubre de 2011

No vas a dejar perderte.

No solo por levantarte con el pie izquierdo te va mal, te has levantado con el pie derecho, incluso con los dos pies al tiempo y de igual manera ha resultado ser una mañana de mierda, un día de mierda.  Pero dices: ¡Vamos no puede ser tan malo! Te levantas, te lavas las manos, te observas en el espejo y contemplas los rasgos de ese ser indeciso, eres el resultado de generaciones que han logrado sobrevivir a la adversidad de la vida. Eres la consecuencia de la supervivencia del más fuerte, o tal vez la supervivencia del más cobarde, el que siempre se escondía para no pelear, el que nunca nadie encontraba para poder matarlo. Eres el posible resultado del valor, o del miedo, quien sabe, el punto es que te encuentras aquí, mirando tu reflejo y preguntándote el por qué de quien sabe que pregunta sin respuesta.

Sales de tu casa y te invade el olor del aire contaminado, vas a recorrer el mismo camino, camino en el que todos los días ves gente diferente, solo algunos son los mismos, pero así es todo en la vida, la mayoría cambia, el paisaje cambia, los tiempos cambian, tu cambias. Saliste sin desayunar, a veces las cosas que haces son más importantes que tu mismo, que lata pensar eso, pero a veces lo piensas, el ritmo de la vida te consume, el expreso doble desdobla tus verdaderos deseos para dejarlos ir lejos y dejar trabajar tu cuerpo como si fuera un sucio esclavo. –Esta bien– piensas, algún día te ascenderán.

–¡1900! – ¿Qué? ¿Quién me llama? Ahora no te dicen por tu nombre, es un número, cuando esperas tu turno en un banco, en un restaurante, en una agencia de viajes, para ellos eres un jodido número. Pronto serás un  número para todos los que te rodean, para tus amigos.

–Dinero maldito, te odio y te necesito– Dices para tus adentros pensando en aquella canción que dice exactamente cómo te sientes,  los cantantes no son adivinos,  no escriben canciones para ti, lo que pasa es que viven en el mismo cochino mundo.

 Solo tienes tiempo para ti cuando te acuestas, cierras los ojos y sueñas, sueñas con el trabajo, con tu jefe amenazando despedirte si no publicas algo bueno, te levantas asustado y dices: –Mierda, ya ni en mis sueños estoy tranquilo–

Vas en el bus, ves el el reflejo de tu cara en la ventana, ves a los demás reflejados en ella, es como una obra de arte de rostros tristes mirando hacia el suelo, ellos son el resultado de la monotonía, el resultado del sabor gris de las nubes aburridas. Parece que eres el único que se da cuenta de ello,  te das cuenta que queriendo ser diferente lo único que has logrado es ser más igual a las caras desoladas que te acompañan en el bus por las mañanas. No es necesario intentar ser diferente, ya todos somos diferentes, lo que pasa es que nos han convencido de que somos iguales y que debemos comprar y tener más para no ser uno más del montón.

–Mentiras, mentiras por donde quiera que miro–

–¿Eso es lo que ves? –

–No lo veo, porque me he vuelto ciego, como la mayoría de la gente en este planeta–

–¿Y qué vas a hacer? –

–Voy a dejar de creer en ellos–

–Entonces, ¿En quién vas a creer? –

–En mí. –



jueves, 6 de octubre de 2011

Ya no quedan palabras.

Me acuerdo de esas noches en las que me acariciabas la cara, las noches en las que no hacía frío porque tu cuerpo se envolvía en el mío como un abrigo. Recuerdo que componías melodías con los acordes de mis curvas, escribías los arpegios de los besos sobre mi vientre, paseabas tus manos suavemente siguiendo el ritmo de las olas, del tiempo. Mi labial regado en tu boca, tus ojos comiéndose el alma, claro que me acuerdo.

Era como  llegar a la tierra de los días sin olvido, en ese lugar el cielo era del color del aullido de los lobos, el jardín estaba lleno de las almas de las flores marchitas, era un lugar donde los recuerdos muertos tomaban vida.  La luna te iluminaba la cara, iluminaba las sábanas de la habitación con su luz vaga; La oscuridad y el destello azul de la madrugada asomándose por las cortinas, los murmullos del cielo se confundían con tus palabras, palabras que bailaban en mis oídos y recorrían mi cuerpo como un escalofrío infinito.

Me acuerdo de esos días de regocijo, cuando ponías rock balada y me lanzabas sobre la cama.  Extraño que me dibujes los labios con tu lengua, extraño el sabor dulce de tu piel reposándo suavemente los deseos dormidos del alba.

Antes respiraba porque tú ponías el aire, ahora propongo ser yo quien ponga el aire, propongo olvidarte, propongo mandar de viaje los días felices que me regalaste. Me has robado las palabras, te fuiste y los versos ya no me riman, mis historias de amor están mal redactadas, mis emociones tienen mala ortografía, desde que no estas felisicidad se escribe con S.

Tus ojos me habían regalado alas, tus pupilas me habían regalado tinta negra para escribir ilusiones, ilusiones que luego se borrarían con la lluvia y mancharían mis hojas blancas.

¿No te pone triste? 

Ahora voy a sentarme a ver la televisión, voy a llorarte,  voy a comerme los chocolates dulces del olvido. 




sábado, 1 de octubre de 2011

Adiós Sally.

Ella se perdió el perfume de las flores, no pudo estar ese día porque la tristeza no permitió que sus ojos vieran la oportunidad que le esperaba.  Ya no está, ella se fue, se fue a un lugar lejano que los humanos no comprenden; su alma era tan pura que era fácil de romper, de ensuciar, de lastimar. Todos creen que Sally irá al infierno por no valorar el regalo de la vida, yo no sé qué pensar sobre eso, lo único que tengo atrapado en los pensamientos es la última conversación que tuvimos, recuerdo que  ella me respondía con frialdad:

–Es un regalo que no pedí–

–Pero es un regalo, es gratis –

–Lo que es regalado casi nunca sale bueno –

–La vida es la excepción querida, por eso solo hay una –

–Me enferma tu positivismo –

–No votes tu regalo a la basura–

–No lo haré siempre y cuando valga la pena no hacerlo –

–Siempre vale la pena –

Y esa fue la última vez que la vi, en mi cabeza no cabía imaginar que luego de eso ella se llenaría el estómago de medicamentos para dormir, parece que esa dosis le consolaría el sueño para siempre.

 He llegado de su entierro y no puedo dejar de imaginar su rostro, nunca supe que hacer para ayudarla, me sentía impotente y a veces estúpido con mis patéticos esfuerzos de aconsejarla, al menos tengo el consuelo de que siempre estuve para ella. Pero parece que ella no necesitaba compañía, ella solo necesitaba compresión, y eso es algo que nunca pude darle, es difícil comprender cuando no estás en la piel del otro. No saben cómo hubiese querido estar en su carne por unos minutos para entenderla, para ayudarla, seguro ella estaría aquí a mi lado, besando mi frente; la extraño, extraño sus berrinches y sus habituales problemas existenciales, extraño suspirar al verla sonreír; Su sonrisa era algo mágico, ya que era igual de frecuente a los eclipses de luna.

“Si pudiese elegir un día para olvidarte, seguro sería un 30 de febrero” Me escribió ella en una carta que me había dado un día en el que  peleamos , recuerdo que fue una pelea por algo estúpido, es muy tonto arrepentirse de esas cosas cuando la gente ya está muerta. No hay tiempo de arrepentirse ya, ya no puedo decírselo, como dice el poema de Ana María: “En vida, hermano, en vida”. Ahora no puedo llevarle flores a ella, ahora solo puedo llevarle flores a su tumba y esperar que se me pase el sabor amargo de su despedida.
   
No creo que Sally vaya al infierno, si el infierno existe sería el lugar menos adecuado para alguien tan dulce como ella. Ella ayudó a tanta gente que se le olvidó ayudarse a sí misma.

 Sally, tal vez te reprendan por haberte adelantado, pero no creo que te castiguen, creo que quien sea que haya creado el planeta tierra sabe más que nadie que en este mundo no hay lugar para corazones tan limpios como el tuyo. Ya no puedo decirte que el suicidio no es una salida válida; No puedo decírtelo porque ya es una salida que has tomado, pero sí puedo decirle a otros que tarde o temprano, después de su tempestad, se darán cuenta que escoger la vida siempre será lo mejor, será algo decidido por ustedes, no por la tristeza. 

Si supieras el dolor que siento cada vez que hay una imagen de tu rostro en mi mente, podrías comprender lo que hace llorar a una mariposa. 

Te amo Sally

Descansa en paz. 



Ella está en algún sitio, soñando los sueños que no pudo soñar. 

martes, 27 de septiembre de 2011

Escrito por la vida.

De: La vida
Para: El que lee

¡Hola!  ¿Cómo estás? Hice una pequeña carta para describirte como soy, no voy a describirme como una serie de eventos ficticios, ni como una serie de éxitos sin fracaso alguno; No me describiré así porque quiero que sepas quien soy realmente, quiero que sepas que tengo momentos muy felices, como también tengo momentos muy tristes. Quiero que sepas que tendré días soleados, como también tendré días nublados, a veces habrá lluvia, a veces habrá tormenta, a veces habrá tsunamis y terremotos, pero también habrá reconstrucciones y celebraciones.  

Al principio todo será como un juego, creerás todo lo que la gente te dice, jugarás en tu propio mundo, creerás en Santa Claus, en el ratón de los dientes y en excusas mágicas que te harán  muy feliz por un periodo de tiempo.  Tus padres serán los superhéroes de tu mundo imaginario, podrás bailar y hablar en vos alta en lugares públicos, podrás llorar sin esconderte, podrás pedir amor y te lo darán sin duda.

 Pero poco a poco irás creciendo, vas a ir aprendiendo cosas nuevas, aprenderás que debes comportante frente a las demás personas, aprenderás como utilizar los cubiertos, aprenderás que el corazón late 64 veces por minuto, que con los pulmones respiramos, sabrás que Santa Claus no existe, sabrás que el ratón de los dientes no es el que te da dinero, te empezarás a dar cuenta que tus padres no eran tan perfectos como creías, dejarás de soñar y empezarás a ver el mundo como se supone es realmente.  Pero no veas eso como algo malo, lo único que está pasando es que te estás dando cuenta que las cosas no siempre van a ser como tú quieres.

Te vas a enamorar,ese día será un maldito día hermoso, te sentirás dueño de los colores, de los árboles, del pasto y la lluvia, te sentirás dueño de un par de ojos ausentes, de un cabello largo y castaño, sentirás que un solo ser humano puede ser el mundo entero y que el mundo entero puede ser un solo ser humano. Si te subes a las nubes corres el riesgo de caerte, aprenderás que entre más alto se vuela, más fuerte es la caída al suelo, aprenderás que no siempre es bueno soñar demasiado, sentirás decepción y derrota porque te han quitado el algodón de azúcar de la boca; al principio no lograrás comprender la razón de tu dolor, pero cuando pasen las estaciones y los tiempos fríos y calientes podrás contemplarte a ti mismo como alguien estúpido del que después podrás burlarte, serás protagonista de tu propia comedia y te habrás dado cuenta de que no era tan malo…

Habrán muchas cosas, habrán domingos tristes, habrán viernes felices, habrán miércoles con olor a nicotina y rosas, habrán personas serias, habrá gente sonriente, habrán mentirosos, habrán imprudentes, habrán tímidos, habrán extrovertidos, saldrás a comer  helado, saldrás a tomarte un café, a tomarte una cerveza, a embriagarte, saldrás a comerte la noche, los días, los cuerpos.

Habrán muchas cosas, habrán personas, con las personas habrán momentos, con los momentos habrán sentimientos,  con los sentimientos habrán recuerdos, con los recuerdos habrán historias, esas historias formarán tu historia y esa historia formara tu vida.



Y la vida soy yo, mucho gusto. 

domingo, 25 de septiembre de 2011

La de las 7:30 am

El observaba desde su ventana como la chica de al frente pasaba por la acera con la mochila colgada, la miraba ir hacia el colegio. Ella tenía una sonrisa en la cara, parecía como si fuese a ir a un concierto o algo así. Su nombre era Ana, y desde que Diego se había  mudado a esa casa en ese barrio incierto siempre la vio pasar por el frente de su ventana  todos los días a la misma hora: A las 7:30 am. Antes las 7:30 am eran las horas de un día cansado y perezoso por la mañana, pero hoy, las 7:30 am son las horas de la vida, de los sueños, del perfume a rosas, del cabello rubio.

Ella ni siquiera sabía que había una persona que imaginaba mil cosas tras una ventana todos los días a la misma hora; Ella no sabía nada pero él ya había soñado mil veces con el rostro sereno de la chica que tenía al sol en el cabello.

Sabía su nombre porque alguna vez su madre la llamó desde la puerta de la casa cuando ella ya se encontraba lejos. Recuerda el sonido de la voz suave de su madre:

–¡Ana! –

Ana repitió el hacia sus adentros, eran 3 letras tan cortas que al derecho y al revés sonaban a lo mismo: Ana, anA. Era el nombre de las 7:30 de la mañana, el nombre de los suspiros y el nombre del misterio que tal vez jamás lograría resolverse.

Diego escribía sobre ella, rasgaba con pasión la guitarra; para el era mágico la forma en que una persona que ni conocía podía llenarle de tantos versos y melodías la cabeza. Era como si lo desconocido fuese lo más hermoso, como si lo intocable y misterioso fuese la fuente de las palabras y los días, de los sueños y las sonrisas; como si ella fuese el consuelo de lo ya conocido.

Después de mucho tiempo Ana seguía pasando por ahí, pero Diego ya no sabía que escribir, el presentía que ese día iba a llegar, que se le iba a acabar la inspiración de la musa desconocida. Tal vez lo que necesitaba era conocerle. Diego se aterró de tal idea y se empezó a hacer muchas preguntas: ¿Y si no es lo que yo pensaba? ¿Y si no le agrado? ¿Y si la verdadera ella ya no me da algo más que escribir?.

 Dejó a un lado las preguntas y el miedo, decidió que al día siguiente se despertaría temprano para alcanzarle en su trayectoria diaria, iba a ser difícil, pero estaba decidido. Esa noche casi no pudo dormir, se levantaba de la cama cada hora a leer lo que le había escrito a Ana en los cuadernos cuadriculados llenos de hojas rotas, tinta corrida y sentimientos extraños.

Ya era de mañana y la alarma lo despertó, 6:30 marcaba el reloj; con cansancio en los ojos y con una extraña sensación de hueco en el estómago se levantó para alistarse. Ya faltaba poco para que fuese la hora predilecta, apenas terminó su enorme desayuno se lavó los dientes, se lavó la cara, contempló su rostro en el espejo y se sonrió a si mismo de forma sarcástica.

Puso un pié afuera de la casa y sintió como si las placas tectónicas del piso se hubiesen movido al ver a la dueña del rostro de las siete y media. El siguió su camino hacia adelante caminando lentamente con la intención de que ella después le alcanzara, escuchaba los pasos detrás de el como si la misma virgen maría lo estuviese  persiguiendo, se volteó unos segundos para mirar donde iba caminando ella y una ráfaga de viento enorme le batió el cabello. Ella posó sus enormes ojos marrones sobre él y una ligera sonrisa entre dientes se dibujó en su rostro; ella estaba a tan solo un metro de distancia.

–Esa mirada me alcanza para 100 poemas más, me alcanza para 1000 canciones y para toda una vida de inspiración–

Metió ambas manos en los bolsillos de su chaqueta, sentía un enorme ardor en el pecho y lo último que pensó fue:

–No necesito conocerla para saber que los segundos, los cuadernos llenos de letras y las ilusiones tras una ventana duermen tras sus párpados–

–Ella es Ana y es como yo la invento –


¿Qué es lo que hacen ellos?

¿Vas a dejar que el sol despliegue sus rayos sobre tu rostro? Comienza el día y lo único que esperas son suspiros con ausencia de melancolía. Los días, las noches, los versos y las sobras de comida pasan rápido; piensas que cada segundo envejeces, cada segundo mueres, cada segundo eres diferente, jamás dejas de moverte en la eterna danza de la vida.

Escuchas los murmullos de los alrededores, la risa de la gente, los gritos y los sonidos llenos de sinfonías alegres cuando estas cerca de un lugar donde festejan. Es raro sentirse triste cuando todos se sienten felices, cuando todos quieren celebrar y continuar sus vidas a pesar de. Tu solo te estancas, te quedas allí parada viéndolos vivir y te preguntas como hacen ellos para sonreír tan fácilmente.
   
–Es simple pequeña. Deja de preocuparte por todo y  limítate a preocuparte por la vida. –


sábado, 24 de septiembre de 2011

Medicamento del día.


A veces creo que me pierdo demasiado en mis propias ideas, se me olvida que las ideas no son lo único que existe, se me olvida que aún existe la realidad, se me olvida que aun debo despertarme temprano por las mañanas para ir a estudiar, se me olvida que debo cuidar de mí, que debo aparentar muchas cosas para que la gente me siga aceptando como una de ellos. Se me olvida

Pero aquí estoy, tratando de no olvidarlo, y cuando me acuerdo es como un golpe muy crudo contra el suelo. Supongo que ya se han percatado de que  estoy hablando como un personaje de un cuento: Lo hago  porque eso soy, un personaje de cuento que debe narrar una historia sobre algo que se supone debe ser interesante, si no es interesante no lo narras y punto. Para la gente lo interesante es desgarrador,  fuera de lo normal, lo que te saca de la rutina, lo que te revuelve las tripas, lo que te emociona y al mismo tiempo impresiona.

Los cuentos de hadas y los cuentos reales necesitan el mismo toque de ficción , siempre intentamos darle ese toque fantasioso a las historias de la vida real; creo que se necesita mucha más astucia para disfrazar la realidad que para solo limitarse a decirla . A  veces la fantasía es mucho más amable, es la que nos hace ver el lado bueno de las cosas aunque en realidad no exista un lado bueno, siempre nos inventamos lo que no hay. 

El objetivo de esta entrada es explicarle a usted señor lector que este blog se ha hecho con el fin de sacarlo por unos minutos de la realidad. Quiero que se imagine este espacio como un sueño, como un portal hacia las menos peores ideas que se me puedan pasar por la cabeza; no hablaré de mí, no merecen ese privilegio;  hablaré más bien de cosas inventadas y realidades disfrazadas.

Cordialmente: La que escribe aquí.


 Everything it´s unreal, believe it or not.