martes, 27 de septiembre de 2011

Escrito por la vida.

De: La vida
Para: El que lee

¡Hola!  ¿Cómo estás? Hice una pequeña carta para describirte como soy, no voy a describirme como una serie de eventos ficticios, ni como una serie de éxitos sin fracaso alguno; No me describiré así porque quiero que sepas quien soy realmente, quiero que sepas que tengo momentos muy felices, como también tengo momentos muy tristes. Quiero que sepas que tendré días soleados, como también tendré días nublados, a veces habrá lluvia, a veces habrá tormenta, a veces habrá tsunamis y terremotos, pero también habrá reconstrucciones y celebraciones.  

Al principio todo será como un juego, creerás todo lo que la gente te dice, jugarás en tu propio mundo, creerás en Santa Claus, en el ratón de los dientes y en excusas mágicas que te harán  muy feliz por un periodo de tiempo.  Tus padres serán los superhéroes de tu mundo imaginario, podrás bailar y hablar en vos alta en lugares públicos, podrás llorar sin esconderte, podrás pedir amor y te lo darán sin duda.

 Pero poco a poco irás creciendo, vas a ir aprendiendo cosas nuevas, aprenderás que debes comportante frente a las demás personas, aprenderás como utilizar los cubiertos, aprenderás que el corazón late 64 veces por minuto, que con los pulmones respiramos, sabrás que Santa Claus no existe, sabrás que el ratón de los dientes no es el que te da dinero, te empezarás a dar cuenta que tus padres no eran tan perfectos como creías, dejarás de soñar y empezarás a ver el mundo como se supone es realmente.  Pero no veas eso como algo malo, lo único que está pasando es que te estás dando cuenta que las cosas no siempre van a ser como tú quieres.

Te vas a enamorar,ese día será un maldito día hermoso, te sentirás dueño de los colores, de los árboles, del pasto y la lluvia, te sentirás dueño de un par de ojos ausentes, de un cabello largo y castaño, sentirás que un solo ser humano puede ser el mundo entero y que el mundo entero puede ser un solo ser humano. Si te subes a las nubes corres el riesgo de caerte, aprenderás que entre más alto se vuela, más fuerte es la caída al suelo, aprenderás que no siempre es bueno soñar demasiado, sentirás decepción y derrota porque te han quitado el algodón de azúcar de la boca; al principio no lograrás comprender la razón de tu dolor, pero cuando pasen las estaciones y los tiempos fríos y calientes podrás contemplarte a ti mismo como alguien estúpido del que después podrás burlarte, serás protagonista de tu propia comedia y te habrás dado cuenta de que no era tan malo…

Habrán muchas cosas, habrán domingos tristes, habrán viernes felices, habrán miércoles con olor a nicotina y rosas, habrán personas serias, habrá gente sonriente, habrán mentirosos, habrán imprudentes, habrán tímidos, habrán extrovertidos, saldrás a comer  helado, saldrás a tomarte un café, a tomarte una cerveza, a embriagarte, saldrás a comerte la noche, los días, los cuerpos.

Habrán muchas cosas, habrán personas, con las personas habrán momentos, con los momentos habrán sentimientos,  con los sentimientos habrán recuerdos, con los recuerdos habrán historias, esas historias formarán tu historia y esa historia formara tu vida.



Y la vida soy yo, mucho gusto. 

domingo, 25 de septiembre de 2011

La de las 7:30 am

El observaba desde su ventana como la chica de al frente pasaba por la acera con la mochila colgada, la miraba ir hacia el colegio. Ella tenía una sonrisa en la cara, parecía como si fuese a ir a un concierto o algo así. Su nombre era Ana, y desde que Diego se había  mudado a esa casa en ese barrio incierto siempre la vio pasar por el frente de su ventana  todos los días a la misma hora: A las 7:30 am. Antes las 7:30 am eran las horas de un día cansado y perezoso por la mañana, pero hoy, las 7:30 am son las horas de la vida, de los sueños, del perfume a rosas, del cabello rubio.

Ella ni siquiera sabía que había una persona que imaginaba mil cosas tras una ventana todos los días a la misma hora; Ella no sabía nada pero él ya había soñado mil veces con el rostro sereno de la chica que tenía al sol en el cabello.

Sabía su nombre porque alguna vez su madre la llamó desde la puerta de la casa cuando ella ya se encontraba lejos. Recuerda el sonido de la voz suave de su madre:

–¡Ana! –

Ana repitió el hacia sus adentros, eran 3 letras tan cortas que al derecho y al revés sonaban a lo mismo: Ana, anA. Era el nombre de las 7:30 de la mañana, el nombre de los suspiros y el nombre del misterio que tal vez jamás lograría resolverse.

Diego escribía sobre ella, rasgaba con pasión la guitarra; para el era mágico la forma en que una persona que ni conocía podía llenarle de tantos versos y melodías la cabeza. Era como si lo desconocido fuese lo más hermoso, como si lo intocable y misterioso fuese la fuente de las palabras y los días, de los sueños y las sonrisas; como si ella fuese el consuelo de lo ya conocido.

Después de mucho tiempo Ana seguía pasando por ahí, pero Diego ya no sabía que escribir, el presentía que ese día iba a llegar, que se le iba a acabar la inspiración de la musa desconocida. Tal vez lo que necesitaba era conocerle. Diego se aterró de tal idea y se empezó a hacer muchas preguntas: ¿Y si no es lo que yo pensaba? ¿Y si no le agrado? ¿Y si la verdadera ella ya no me da algo más que escribir?.

 Dejó a un lado las preguntas y el miedo, decidió que al día siguiente se despertaría temprano para alcanzarle en su trayectoria diaria, iba a ser difícil, pero estaba decidido. Esa noche casi no pudo dormir, se levantaba de la cama cada hora a leer lo que le había escrito a Ana en los cuadernos cuadriculados llenos de hojas rotas, tinta corrida y sentimientos extraños.

Ya era de mañana y la alarma lo despertó, 6:30 marcaba el reloj; con cansancio en los ojos y con una extraña sensación de hueco en el estómago se levantó para alistarse. Ya faltaba poco para que fuese la hora predilecta, apenas terminó su enorme desayuno se lavó los dientes, se lavó la cara, contempló su rostro en el espejo y se sonrió a si mismo de forma sarcástica.

Puso un pié afuera de la casa y sintió como si las placas tectónicas del piso se hubiesen movido al ver a la dueña del rostro de las siete y media. El siguió su camino hacia adelante caminando lentamente con la intención de que ella después le alcanzara, escuchaba los pasos detrás de el como si la misma virgen maría lo estuviese  persiguiendo, se volteó unos segundos para mirar donde iba caminando ella y una ráfaga de viento enorme le batió el cabello. Ella posó sus enormes ojos marrones sobre él y una ligera sonrisa entre dientes se dibujó en su rostro; ella estaba a tan solo un metro de distancia.

–Esa mirada me alcanza para 100 poemas más, me alcanza para 1000 canciones y para toda una vida de inspiración–

Metió ambas manos en los bolsillos de su chaqueta, sentía un enorme ardor en el pecho y lo último que pensó fue:

–No necesito conocerla para saber que los segundos, los cuadernos llenos de letras y las ilusiones tras una ventana duermen tras sus párpados–

–Ella es Ana y es como yo la invento –


¿Qué es lo que hacen ellos?

¿Vas a dejar que el sol despliegue sus rayos sobre tu rostro? Comienza el día y lo único que esperas son suspiros con ausencia de melancolía. Los días, las noches, los versos y las sobras de comida pasan rápido; piensas que cada segundo envejeces, cada segundo mueres, cada segundo eres diferente, jamás dejas de moverte en la eterna danza de la vida.

Escuchas los murmullos de los alrededores, la risa de la gente, los gritos y los sonidos llenos de sinfonías alegres cuando estas cerca de un lugar donde festejan. Es raro sentirse triste cuando todos se sienten felices, cuando todos quieren celebrar y continuar sus vidas a pesar de. Tu solo te estancas, te quedas allí parada viéndolos vivir y te preguntas como hacen ellos para sonreír tan fácilmente.
   
–Es simple pequeña. Deja de preocuparte por todo y  limítate a preocuparte por la vida. –


sábado, 24 de septiembre de 2011

Medicamento del día.


A veces creo que me pierdo demasiado en mis propias ideas, se me olvida que las ideas no son lo único que existe, se me olvida que aún existe la realidad, se me olvida que aun debo despertarme temprano por las mañanas para ir a estudiar, se me olvida que debo cuidar de mí, que debo aparentar muchas cosas para que la gente me siga aceptando como una de ellos. Se me olvida

Pero aquí estoy, tratando de no olvidarlo, y cuando me acuerdo es como un golpe muy crudo contra el suelo. Supongo que ya se han percatado de que  estoy hablando como un personaje de un cuento: Lo hago  porque eso soy, un personaje de cuento que debe narrar una historia sobre algo que se supone debe ser interesante, si no es interesante no lo narras y punto. Para la gente lo interesante es desgarrador,  fuera de lo normal, lo que te saca de la rutina, lo que te revuelve las tripas, lo que te emociona y al mismo tiempo impresiona.

Los cuentos de hadas y los cuentos reales necesitan el mismo toque de ficción , siempre intentamos darle ese toque fantasioso a las historias de la vida real; creo que se necesita mucha más astucia para disfrazar la realidad que para solo limitarse a decirla . A  veces la fantasía es mucho más amable, es la que nos hace ver el lado bueno de las cosas aunque en realidad no exista un lado bueno, siempre nos inventamos lo que no hay. 

El objetivo de esta entrada es explicarle a usted señor lector que este blog se ha hecho con el fin de sacarlo por unos minutos de la realidad. Quiero que se imagine este espacio como un sueño, como un portal hacia las menos peores ideas que se me puedan pasar por la cabeza; no hablaré de mí, no merecen ese privilegio;  hablaré más bien de cosas inventadas y realidades disfrazadas.

Cordialmente: La que escribe aquí.


 Everything it´s unreal, believe it or not.