miércoles, 4 de abril de 2012

The dream.


Hundido bajo el mar con los ojos cerrados,  la boca llena de sal, esperando impaciente a mi decisión de bajar y sumergirme contigo, sumergirme en el placer envuelto en las olas unidas por las gotas de agua infinita que crecen y crecen al igual que nuestros deseos. Te miro desde arriba sin que tú te des cuenta, suspiro, hay un brillo inusual que se refleja en la superficie, me hace saber en dónde estás, es dónde me esperas. Decido por fin bajar, me escuchas, buscas mi cintura, me aprietas contra ti, yo tiemblo como una niña asustada; los labios empiezan  a rosarse en una danza de arena, agua, playa nocturna que recorre los rincones desconocidos de las sensaciones corporales, volcanes que estallan en nuestros pechos, escalofríos glaciares que recorren mi ser entero al estar envuelta en tan hermosa y caótica sensación de renacer de nuevo.