Andrea se iría temprano de casa,
estaba peleando con Pluto así que había dormido en su pequeño departamento. Esa
noche la sintió tan fría, tan sola, la sintió como esas noches de los tiempos
de antes. Dejó almuerzo para Pluto en la casa y dejó las llaves bajo el tapete,
sabía que él más tarde subiría por alguna cosa, demasiado perezoso para cocinar
o para preocuparse por él mismo.
Era tan temprano que aún no se
veía el sol asomarse por las montañas, los tacones negros hacían eco golpeando
el suelo, despertaban a los pájaros para que cantaran con la voz afinada del
infinito en esa mañana triste donde el “hacer” se escondía en el crepúsculo.
Ella tomó el bus y buscó algún asiento vacío, estaba lleno y el único lugar que había era uno al lado de
una gorda que ocupaba casi los dos puestos, pero no le importó, llevó su
trasero seco y sus piernitas de pollo envueltas en medias al lado de la gorda,
se le salía una pierna del asiento pero que más daba, el sitio no quedaba tan
lejos. Miró el vidrio empañado lleno de
gotas frías de rocío, pensó en Pluto y sonrió como tonta, es tan hermoso que sólo
el pensamiento de alguien la haga sentir bien, tan feliz, saber que al llegar a casa habrá alguien que
la espera, ya no más sentimientos fríos y efímeros ocultos tras ese par de
gafas.
Llegó a la oficina, todo era tan gris y cuadriculado que se le
quitaban las ganas de trabajar, a veces se cansaba de digitar en la computadora
y se quedaba viendo el paisaje en la ventana, pensando en vidas mejores,
trabajos mejores, sueños frustrados y noches sin sueño. A cada rato sacaba el celular para mirar la
hora, aunque en realidad no miraba la hora, lo hacía para ver si Pluto le enviaba un
mensaje, llamaba o algo, de todas formas la hora estaba en el computador;
pasaron 2, 3, 4 horas y no daba señales de que le importaba lo que había
pasado, Andrea tenía ganas de botar la computadora por la ventana, de destruir
los papeles impresos que se veían tan tranquilos y monótonos encima de los
escritorios.
Pluto se levantó a las 12 del día
y estuvo todo el día dando vueltas en pantuflas por la casa, estaba desempleado
pero aún tenía cantidades de ahorros desde su anterior trabajo, así que se
quedaba por ahí pensando y creando ideas inútiles sobre la vida mientras veía
la televisión. Pasó el día entero y eran
las 6 de la tarde ya, se preocupó de que Andrea no llegara aún, ella salía del
trabajo a las 4 y el lugar no quedaba lejos. Tomó su celular, se quedó viéndolo
un momento y el orgullo intentó ganarle, pero no, vio su nombre, marcó el
número y contestó un hombre.
–¿Aló? –
–¿Con quién hablo? ¿Dónde está
Andrea? –
–Señor…No sé cómo decirle esto
pero me temo que Andrea no va a poder hablar–
–¿Por qué? ¿Quién es usted? ¿Le
ha pasado algo? –
–Yo soy policía señor, acaba de
ocurrir un accidente a dos cuadras de la empresa donde ella trabajaba–
– ¿Trabajaba? ¿Qué quiere decir
con eso? ¿Por qué habla en pasado? –
–¿Es usted familiar? –
–No, soy su novio–
–Creo que es mejor que venga
señor, lo vamos a necesitar–
Colgó el celular y todo a su
alrededor parecía un enorme hoyo negro intentando absorber sus pensamientos,
intentando arrastrarlo hacia un lugar horrible, oscuro y desolado; personas con
colmillos, antorchas y pies gigantes intentaban matar los sentimientos tan
negros que afloraban en esa pequeña y débil alma. El ardor en el pecho era intenso
y las lágrimas venían junto a un fuerte dolor de cabeza, un nudo ácido en la
garganta, un malestar de Andreita dime
por favor que ya vas a llegar a casa, mira que te preparé comidita, no te vayas
por favor que hay mucho espacio en mi cama, no puedo dormir solo ahí, te
prometo que no voy a volver a comprar el litro de helado, nunca me gustó ese
perfume pero lo puedes usar, mi niña preciosa que anda descalza por la casa,
que se suelta el cabello castaño para poder amar con libertad, mi niña, haz lo
que quieras pero no te vayas por favor, mira que esta alma dejó de ser débil porque
tú estabas, porque pusiste escudos en ella y la hiciste hermosa porque tú eres
hermosa. Tanto tiempo viviendo tres pisos arriba y no te veía, tan simple y
compleja, eras lo que faltaba, si te vas quedaré incompleto, no incompleto,
vacío. Por favor, no quiero volver a comer gelatinas baratas frente a la
televisión sintiéndome tan solo en casa, Andrea, Andreita, Andrea, Andreita…..No
te vayas.
bellobello!! besitos
ResponderEliminarQue bonito escribes, hola guapa sigueme también en mi blog personal:
ResponderEliminarhttp://www.princesailusa.blogspot.com/
un beso.
y de un momento a otro se nos va todo de las manos...
ResponderEliminarMe encanto la entrada, me hizo erizar la piel, es algo increible, tenes un don para escribir . Un beso grande linda, y te espero en mi blog, te estoy siguiendo. Espero que tambien lo hagas ♥
ResponderEliminarhttp://juguemosaser-normales.blogspot.com/ ♥
No sabia que vas a la universidad, gracias por el comentario. Un beso, muy lindo texto. Adios.
ResponderEliminarDe un momento al otro pueda cambiar todo completamente hasta irsenos de las manos. Es bellísimo este texto, me encanta.
ResponderEliminarTe mando un beso enorme, gracias por tu comentario♥
Muy bueno, todo relato debe tener su conflicto, y lo haces muy bien. He quedado intrigado, pero son tantos e infitinos los destinos que podrían tomar Andrea y Pluto, que prefiero no imaginarlos, solo esperaré...
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario en mi Blog, si te gustó la frase te invito a leer un post de hace un tiempo, ya que era una referencia a el... http://www.qttablogger.blogspot.com/2011/06/y-sone-que-me-perdia-para-encontrarte.html
Me encanta como escribis, y es verdad que de un momento a otro se nos puede ir todo de las manos. Te sigo linda, te dejo mi blog por si queres pasar: www.corazondepomelo.blogspot.com Besos :) Nos estamos leyendo.
ResponderEliminarQue texto fuerte. Te quedó fantástico, eso sí. ¿Cuantas veces ignoramos y luego ya no nos queda tiempo? Millones. Nada esta escrito, nunca se sabe que puede ocurrir mañana.. Debemos aprovechar el hoy y no dejar que nada se nos vaya de las manos...
ResponderEliminarQue buen texto, es impactante. Hay que disfrutar de hoy, porque no se sabe si va a existir un mañana. El mañana es incierto. Un beso, AME tu blog, te sigo :)
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