Me acuerdo que no estás cuando
voy a servirme aceitunas y el frasco
todavía está lleno. Lo sostengo en mi mano despidiéndome, me siento flotando en
una nube gris mientras la aceituna ácida, salada y blanda se rompe entre mis
dientes. Éramos los únicos que comíamos
aceitunas en casa, ahora las como yo sola,
el frasco dura más y mi risa un
poco menos.
Lu estaba aburrida y al mismo
tiempo asombrada, podía tener varias emociones, todas lo suficientemente
fuertes como para tener la capacidad de florecer en ella a la vez, con
la misma intensidad, mezclándose como un dibujo hecho de tizas de colores
cuando se derrite con el agua de la lluvia. Salpican esas sensaciones mientras
Lu se queda estática en su asiento, viendo por la ventana las luces que
duermen sobre las montañas negras, sintiendo la velocidad de la
carretera debajo de su cuerpo.
Mira a su hermano sentado al lado
de ella, contemplando la oscuridad por la otra
ventana, a su mamá intentando pintarse
los labios en el espejo, a su papá concentrado en el acelerador y el volante.
Todos están muy cerca pero sus pensamientos lejos. Esos pensamientos no pueden cruzarse porque
no son humo que se evapora y vuela por el cielo; son objetos, lugares, rostros, personas que se quedan atrapados
en las paredes del cráneo. Sí, se quedan
ahí, sin salir, por eso es tan difícil entenderse, levantarse por la mañana y tratar de adivinar qué es lo que quieren todas esas personas de ti, o para que
te quieren allí. ¿Es una simple obligación o un instinto natural? El amor,
difícil hablar de eso porque al hablar
de eso Lu podría estar refiriéndome a lo mismo que un instinto natural. Dicen que tu corazón está en el hogar, pero
ella dice que el corazón de todos allí late diferente, todos en un boom a
destiempo que crea un ruido insoportable.
Al final todo eso no importa, lo
único que tienen que hacer es seguir sonriendo en las fotos y ponerlas en
portaretratos para que las personas las vean cuando vengan de visita. Luego, cuando tú vayas de visita a
otra casa, verás una foto similar sobre la chimenea y mirarás con curiosidad
todos esos rostros sonrientes, llenos de secretos.