La encontré sentada en el suelo,
mirando al vacío, como flotando, volando, floreciendo o marchitando. Difícil indagar lo que hacían sus ojos ausentes que se soplan en el panorama de la
monotonía ciudadana, hormigas corriendo, empujando, metiéndose en espacios
reducidos para llegar a otros lugares más reducidos. Escriba esto en su libreta
jefe, escriba que la vida no es para estar aquí; anote el tiempo que perdí, el tiempo que le
debo, el tiempo, tiempo, tiempo, tiempo.
La tierra se mueve debajo de tí,
tiembla de tantos pies que la golpean saltando al ritmo vacío del bajo que
suena como el diástole de un corazón palpitando y un vibrato sostenido en los sentidos de los
oyentes. Y se les escapa la noche entre los dedos, intentas sostener el
sentimiento inicial con las uñas pero no puedes, es difícil mantener una
sensación placentera y sostenida con alguien como tú, que iluminas sonriendo
pero destruyes cuando frunces el ceño y se te brota la vena de la sien. Pero trabajas y a veces viajas,
trabajas y a veces vives, trabajas y a veces comes, trabajas y conciertos,
trabajas y amigos, trabajas y trabajas. Entonces,
dice la gente que hay que trabajar en algo que guste, porque si se gasta el
tiempo haciendo algo en lo que se siente fuera de lugar, se envejece con patas
de gallina. Algunos están dispuestos a conformarse, algunas personas
confunden la felicidad con el asqueroso conformismo.
Será que yo me he acostumbrado a
ti Dalia, me he acostumbrado a llegar tarde y encontrarte ya dormida, con la
boca abierta, a veces me parece que estás como vacía y ya no siento la
sensación de trabajo y Dalia, tal vez ahora sólo trabajar y viajar, trabajar y
conciertos, trabajar y amigos pero ya no más trabajar y Dalia.
:)
ResponderEliminarTambién se acostumbrará a llegar (tarde, por supuesto) y no encontrarla, ni dormida ni despierta. No más Dalia. Trabajar y trabajar, entonces. Se acostumbrará.
ResponderEliminarAbrazos, siempre.
Sigo viva...
ResponderEliminarHacía tiempo que no me pasaba, fue bonito encontrarme con Black sonando, de veras que sí.
El conformismo te mantiene, al menos, pero ¿donde? vale con no cuestionarse mucho.
Acostumbrarse es limitarse.
ResponderEliminarUna pena.
Bonito texto.
Un saludo,
S.
Acostumbrarse pienso que es primero hermano de aquello llamado monotonía.
ResponderEliminarEs hermosa y muy acertado.
Saludos n_n
Acostumbrarse a trabajar, nunca a Dalia. Aprendemos a vivir en rutinas y trabajos, y nos olvidamos de que el viaje más bonito es el tren de la vida :)
ResponderEliminarPrecioso.
Miss Carrousel
Yo lo encuentro muy triste, bello texto y bella expresión, eres una artista con las palabras, creando sensaciones, precioso, pero muy triste.
ResponderEliminarYa nunca más Dalia, si, eso sucede, ya nunca más. Nunca.
Un placer volver a leerte.
Saludos.
Me encantó. En particular eso de confundir la felicidad con el conformismo, el asqueroso conformismo.
ResponderEliminarUn placer.
Saludos
No supo reaccionar a tiempo, un tirante que se cae lo hubiese arreglado todo
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