Las nubes bailando como quieren,
decidiendo si el sol sale o no sale, si llueve o no llueve, parecido al
indeciso fluir de tus palabras que se cruzan unas con otras, como una danza
graciosa de algo que quiere ser dicho. Y entonces se callan los sonidos, se
mueve el mundo, se mueven las horas rápidamente mientras jugamos a esquivarnos
las miradas, un montón de mensajes
escritos en mis labios, quieren ser pronunciados, no sé qué dicen, son un
misterio que tal vez no quiero descifrar cuando veo su alma, el color rojo en
el cielo, el lago, la gente, la vida. Ornitofobia,
juicio por favor, grandes gritos de un ser pequeño, pequeñísimo, mariposas,
monstruos en el estómago, el aire rosando el agua, somos una burbuja que vuela
sin saber hacia dónde va, hay miedo pero las ganas de irse lejos son más
grandes que el miedo. Sonrío, tú
sonríes, el pasto envuelve ese momento, las caricias son suaves como las nubes
algodón al final del cielo, quiero abrazarla y hay fuego en mi pecho, estoy
viva, respiro, tengo la piel de gallina y
no es por el frío corazón.
Me devuelvo a casa y siento que todo
va a estar bien, al menos esta noche.