Sueños en bolsas de
cristal que caen al suelo.
Una sonrisa atrapada
en el tráfico de la ciudad,
un silencio hablando en
una mirada tímida,
una canción que
explica un sentimiento inexplicable.
Soledad y las luces
de los carros,
soledad y gente
intermitente;
Un contrato lleno de
mentiras,
acuerdos que no se
cumplen,
promesas demoradas.
Extrañar algo que tarda
en volver.
Preguntas que no se
hacen por vergüenza a dudar,
Esmalte destrozado en
las uñas de la ansiedad.
A veces hace falta el
miedo.
Alguien muere por
aquí,
otro nace por allá;
A uno lo encierran
por ahí,
a otro lo liberan por
acullá.
A ella la besan sólo
un par de labios,
A mi besan tantos;
Aun así la cantidad
no hacen más,
hacen menos, se restan y van para atrás
Detrás de cada risa
hay una venganza,
detrás de cada
persona graciosa hay un salvador.
Ahí viene la vida a preguntar
algo que hasta ahora no puedo responder.
El interrogatorio no acaba y yo sigo ahí:
Amarrada a una silla, bajo la luz de una lámpara.