Las gotas
de lluvia resbalan por la ventana queriendo escapar del cielo gris, se escucha
el agua de los charcos que se desbaratan con las llantas de los autos y
mientras eso pasa piensas en el pasado que invade el instante presente.
¿Que habrá más allá? Más allá de los rostros serios de los asalariados se esconden historias y secretos, deseos cumplidos y sin cumplir, una sonrisa a pesar de la densa gravedad de la vida y la rutina que nos persigue a todos mordiéndonos los pies. Dos almas que se buscan entre los rostros revueltos de las multitudes que se empujan por un asiento, dos almas que se pierden y se encuentran y se vuelven a buscar queriendo más, menos gris y más besos, menos gris y más vida, menos rostros serios para ser dos rostros sonrientes entre la gente que se le olvidó amar.