martes, 21 de octubre de 2014

Secretos.

Me acuerdo que no estás cuando voy a servirme aceitunas  y el frasco todavía está lleno. Lo sostengo en mi mano despidiéndome, me siento flotando en una nube gris mientras la aceituna ácida, salada y blanda se rompe entre mis dientes.  Éramos los únicos que comíamos aceitunas en casa, ahora las como yo sola,  el frasco dura más y mi risa  un poco menos.

Lu estaba aburrida y al mismo tiempo asombrada, podía tener varias emociones, todas lo suficientemente fuertes como para tener la capacidad de florecer en ella a la vez, con la misma intensidad, mezclándose como un dibujo hecho de tizas de colores cuando se derrite con el agua de la lluvia. Salpican esas sensaciones mientras Lu se queda estática en su asiento, viendo por la ventana las luces que duermen sobre las montañas negras, sintiendo la velocidad de la carretera debajo de su cuerpo.

Mira a su hermano sentado al lado de ella,  contemplando la oscuridad por la otra ventana, a su mamá intentando pintarse los labios en el espejo, a su papá concentrado en el acelerador y el volante. Todos están muy cerca pero sus pensamientos lejos. Esos pensamientos no pueden cruzarse porque no son humo que se evapora y vuela por el cielo; son objetos,  lugares, rostros, personas que se quedan atrapados en las paredes del cráneo.  Sí, se quedan ahí, sin salir, por eso es tan difícil entenderse, levantarse por la mañana y tratar de adivinar qué es lo que quieren todas esas personas de ti, o para que te quieren allí. ¿Es una simple obligación o un instinto natural? El amor, difícil hablar de eso porque  al hablar de eso Lu podría estar refiriéndome a lo mismo que un instinto natural.  Dicen que tu corazón está en el hogar, pero ella dice que el corazón de todos allí late diferente, todos en un boom a destiempo que crea un ruido insoportable.

Al final todo eso no importa, lo único que tienen que hacer es seguir sonriendo en las fotos y ponerlas en portaretratos para que las personas las vean cuando vengan de visita.  Luego, cuando tú vayas de visita a otra casa, verás una foto similar sobre la chimenea y mirarás con curiosidad todos esos rostros sonrientes, llenos de secretos.