sábado, 18 de agosto de 2012

El día del lago.


Las nubes bailando como quieren, decidiendo si el sol sale o no sale, si llueve o no llueve, parecido al indeciso fluir de tus palabras que se cruzan unas con otras, como una danza graciosa de algo que quiere ser dicho. Y entonces se callan los sonidos, se mueve el mundo, se mueven las horas rápidamente mientras jugamos a esquivarnos las miradas,  un montón de mensajes escritos en mis labios, quieren ser pronunciados, no sé qué dicen, son un misterio que tal vez no quiero descifrar cuando veo su alma, el color rojo en el cielo, el lago, la gente, la vida.  Ornitofobia, juicio por favor, grandes gritos de un ser pequeño, pequeñísimo, mariposas, monstruos en el estómago, el aire rosando el agua, somos una burbuja que vuela sin saber hacia dónde va, hay miedo pero las ganas de irse lejos son más grandes que el miedo.  Sonrío, tú sonríes, el pasto envuelve ese momento, las caricias son suaves como las nubes algodón al final del cielo, quiero abrazarla y hay fuego en mi pecho, estoy viva, respiro, tengo la piel de gallina y  no es por el frío corazón. 

Me devuelvo a casa y siento que todo va a estar bien, al menos esta noche. 


miércoles, 8 de agosto de 2012

Simetría.


Quiero encontrarme una sonrisa en la seriedad que siempre irradias cuando se cruzan nuestras miradas sorprendidas por esa coordinación casi simétrica en la que se nos ocurrió mirar hacia el mismo lado insólito y casi taciturno en medio de nuestras pupilas. La vida se vuelve un poco ecléctica cuando tienes que bailar de un lado a otro, buscando ideas, pensamientos, filosofías idiotas que tal vez te dicen que el cielo no es real y es simplemente el reflejo de algunos circuitos maravillosos dentro de tu cerebro, hola cielo ¿Eres real? ¿Tú eres real? ¿En realidad nos estamos mirando? Dime que sí porque se está muy bien contemplando tu rostro, una nube púrpura flota sobre el silencio que invade nuestra imagen invertida de los objetos que el ojo enfoca y la retina corresponde con la película sensible a la luz; en algún lugar de todo eso tu esencia se esconde y hay como una correspondencia mágica en lo que estamos haciendo, comiéndonos la palabras, el cuerpo y el alma con sólo las miradas, ambas lo sabemos, nos reímos, no podemos de la risa porque hay tanta fluidez y regulación en ese momento extraño que es casi increíble, indescriptible, inteligible.